jueves, 17 de febrero de 2011

Un nuevo premio para Héctor Parra

A este brillante compositor catalán que es Héctor Parra (Barcelona, 1976) le siguen lloviendo galardones que reconocen la originalidad y osadía de sus planteamientos estéticos, no necesariamente compartidos por todas las sensibilidades, pero sin duda de un indiscutible interés en lo que a inquietudes artísticas se refiere.
El último al que se ha hecho acreedor es de los 'grandes' y anticipa, para él, un importante futuro. Se trata del premio Siemens de Composición, que otorga la  Fundació Ernst von Siemens de la Música. Una importante distinción, dotada con 40.000 euros y un encargo, que se otorga conjuntamente con el llamado Nobel de la Música, el Ernst von Siemens Musikpreis, que distingue a primeras figuras de la talla de Britten, Messiaen, Boulez, Karakan, Bernstein o Abbado. En esta ocasión, el premio ha recaido en el alemán Aribert Reinmann, de quien el público catalán tuvo la oportunidad de ver su espléndida versión operística de la Casa de Bernarda Alba, de García Lorca, en el XV Festival de Peralada, en 2001.
Por lo que respecta a su variante juvenil, el prestigioso premio Siemens apoya anualmente el trabajo de tres compositores, menores de 50 años. Este año, Parra comparte esta distinción con el británico Steven Daverson y el alemán Hans Thomalla.
La entrega del reconocimiento tendrá lugar el próximo 24 de mayo en el Cuvilliés-Theater, de Munich, y en ella, el Ensemble Recherche estrenará Early Life, para oboe, piano y trio de cuerda, una obra que, muy en el estilo de Héctor Parra, se inspira en una teoría científica sobre el origen de la vida en la Tierra.

jueves, 10 de febrero de 2011

Escuchar, conocer, saber


"Los antiguos arqueros oían la distancia en la cuerda; el animal, la presa, sólo era un eco en su vibración".

Tropecé con este aforismo -recopilado por ese excelente pensador, poeta, ensayista y ser humano que es Ramón Andrés en su reciente nueva entrega editorial, Los extremos (Lumen. Barcelona, febrero 2011)-, cuando andaba a la búsqueda de un título para un espacio en el que hacer visibles esas cosas que a todos los periodistas se nos van quedando en el tintero (expresión ya tan desfasada que más valdría sustituirla por algo así como la-carpeta-de-los-no-publicados). De inmediato pensé que era una buena manera de dar nombre (cosa que, he de confesar, nunca se me ha dado muy bien) a un lugar que pretendía comentar hechos y acontecimientos que quedan fuera del circuito de los medios de comunicación.
Hace treinta años que soy periodista (a los 21 ya tenía el título en el bolsillo) y desde hace veinte o más, me dedico a esto que llamamos periodismo musical. Es decir, a intentar reflejar el pulso sonoro de una ciudad tan dinámica, creativa y abierta como es Barcelona. Ha sido un oficio, indiscutiblemente, estimulante, que me ha llevado a transitar por un amplio abanico de paisajes estéticos, desde el rock catalán a la gran ópera, de las vanguardias más rabiosas a la música popular y tradicional, del jazz al flamenco... Y puedo decir, sin vanidad, que en el ejercicio de esta actividad he ayudado a muchos grupos y artistas a dar a conocer su trabajo.
En los últimos años, sin embargo, los medios de comunicación (todos en general) han dejado de ser cronistas y altavoces de la realidad musical del país. Cierto es que el espectacular crecimiento de la actividad artística imposibilita (y convierte en ilógico) su seguimiento exhaustivo y que, por otro lado, los artistas tienen hoy nuevos medios, canales y recursos para dar a conocer su trabajo. Pero aun así, siguen ocurriendo a diario montañas de acontecimientos que poco o nada se dan a conocer. O en su defecto, que sólo se muestran parcial o sesgadamente.
Como aquellos antiguos arqueros que percibían el mundo de otra manera, este blog quiere ser un espacio en el que oír ese tañido lejano de los acontecimientos menos visibles, aquellos hechos que se agazapan en medio de la espesura informativa de ésta, nuestra sociedad tan soberbiamente (des)informada.

Provechosa cacería, amigos.